martes, 28 de octubre de 2008

Calle


"La calle es una selva de cemento [...]" decía un proverbio urbano, un hito dentro de la escena "marginal". ¿Acaso la calle es tan diferente a nuestro "hogar? Al parecer existe —y a veces coexiste— la idea de que estos dos lugares son diferentes. Pues, les digo que son sinónimos cuasiperfectos.

Hogar, calle; hogar = calle; hogar (calle); hogar ¿calle?

La única diferencia entre el hogar y la calle sería —de haber uno— la cantidad de gente. Fuera de eso, todo es absolutamente lo mismo: guerras, facsismos, gente —otra vez—, suciedad, hipocrecía, penas, alegrías, poses, gente —para variar, alcohol, prostitución, "polis", politiquería, porquería —bonito juego de palabras, ¿eh?—, drogas, cigarrillos, gente —¿aún persiste con eso?, etc.

2 comentarios:

Jairson dijo...

Ciertamente, la calle es un mero reflejo de la vida decadente en los hogares, pero hay otra pequeña diferencia: el individuo no puede gobernar la calle, pero sí su hogar. El ser humano, con lo débil que es, necesita sentir de vez en cuando que goza de poder, y el hogar es el lugar ideal para sentirse emperador de su pequeño mundo ostracista. Con una sola habitación (en la gente que comparte su hogar con otros) basta para alimentar el solipsismo humano.

MoiZés AZÄÑA dijo...

Las personas son las calles