martes, 5 de agosto de 2008

Caos


Como sabrá, el comienzo del Cosmos no fue otra cosa que la carga explosiva de mi conexión contra lo común. ¡Común!, palabra coherente entre cargas negativas y positivas. Corriendo por el corredor que carece de causas, pude caer en la cuenta de que mi corazón no es una carne cualquiera. Casualmente caí en lo corriente del columpio del capitalismo, pero caminé fuera de esa carcajada llamada cultura. Sin poder caracear más, podéis llamarme de aquí en adelante... Caos.

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