sábado, 16 de agosto de 2008

Conversación amena


Saqué una hoja, y un lápiz, me puse a escribir…

“Iba a esperar a que llegue Mayo. Pero no me aguanto las ganas de escupirle en la cara, lo que aconteció hace 40 años. El mayo del 68. ¿Lo recuerda? ¿Jamás oyó de él? ¿Sabe algo, poco? Pues, aquí algunas frases, para "despertar el alma":

El aburrimiento es contrarrevolucionario.

No le pongas parches, la estructura está podrida.

Los que hacen las revoluciones a medias no hacen más que cavar sus propias tumbas.

No vamos a reivindicar nada, no vamos a pedir nada. Tomaremos, ocuparemos.

Plebiscito: Votemos a favor o en contra, nos hará pendejos de todas formas.

El patrón te necesita, tú no necesitas al patrón.

Trabajador: Tienes 25 años, pero tu sindicato es del siglo pasado.

Están comprando tu felicidad. Róbala.

La barricada cierra la calle, pero abre la vía.

Las paredes tienen orejas. Vuestras orejas tienen paredes.

El que habla del amor destruye el amor.

El patriotismo es un egoísmo en masa.

Decreto el estado de felicidad permanente.

Prohibido prohibir.

La libertad comienza por una prohibición.

Contempla tu trabajo: la nada y la tortura forman parte de él.

¡La pasión de la destrucción es una alegría creadora!

No me liberen, yo basto para eso.

Un policía duerme en cada uno de nosotros, es necesario matarlo.

No puede volver a dormir tranquilo aquel que una vez abrió los ojos.

Desabrochen el cerebro tan a menudo como la bragueta.

Yo jodo a la sociedad, pero ella me lo devuelve bien.

Abajo el realismo socialista. Viva el surrealismo".

Después, le entregué la hoja a Natalia, le dije que lo leyera y que me dijera lo que sintió al leer ésas palabras burdamente maravillosas. Al cabo de casi quince minutos, pude ver cómo su mirada cambiaba de triste a enfurecida. ¿Será que ahora me odia? ¿Serán las palabras? ¿Qué será lo que piensa una mujer? Es un espléndido misterio, pero le opaca la idea de saber, de antemano, que no es algo inteligente. Sin embargo, no hay que quitarle lustre a la sensación que causan las palabras, en una bella dama.

-Siento odio.
-¿Cómo dice?
-Siento odio.
-¿Contra qué?
-Contra todo lo que me hace morir.
-¿Qué le hace morir?
-El sistema, Pierrot. Es el sistema, ¿cómo no me di cuenta antes?
-¿Ha abierto los ojos, verdad?
-Sí, Pierrot. Gracias.

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